Trece penitentes fueron crucificados ayer mientras cientos de flagelantes tiñeron de rojo con su sangre las calles que conducían al Gólgota de Filipinas, un pequeño montículo en medio de un arrozal en San Pedro de Cutud, 70 kilómetros al norte de Manila.

Miles de devotos, curiosos y periodistas se agolparon al pie de las cruces donde fueron clavados trece Kristos –como se conoce localmente a estos penitentes– en una representación que sigue al pie de la letra el Nuevo Testamento.

Los clavos utilizados medían once centímetros, uno menos que los que usaron para crucificar a Jesucristo, según el Evangelio, y atravesaron las palmas de las manos y el cartílago de entre los dedos de los pies de los trece penitentes en dos martillazos.

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Este rito extremista estuvo precedido por una ceremonia en la que se representó la Pasión de Cristo desde el momento en que los centuriones, en este caso los vecinos de San Pedro de Cutud vestidos como romanos, fueron a detener a un penitente, quien caminó tres kilómetros atado de pies y manos con una cruz simbólica de 20 kilos.

Las crucifixiones en Filipinas se remontan a las autoflagelaciones, traídas por los misioneros españoles a ese país asiático en el siglo XVI.

Masiva afluencia de fieles en las calles de Guatemala
Guatemala
AFP

En México, unos dos millones de fieles católicos se congregaron en la tradicional Pasión y Muerte de Cristo, que se celebra desde 1843 en el cerro de La Estrella, del barrio Iztapalapa del sur de la capital.

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El espectáculo, de fervor religioso, en el que participan 450 vecinos de este barrio y más de 5.000 nazarenos fue preparado desde los primeros días de enero para lograr fielmente la representación del Vía Crucis.

En Guatemala, se tomaron simbólicamente las principales ciudades del país, cargando pesadas imágenes de Jesús con la cruz camino al Calvario, en coloridas procesiones que mezclaban la religión y el arte.

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Más de mil actores en representación en Brasil
Planaltina,Brasil
AP
Unas 50 mil personas que resistieron una torrencial lluvia participaron en Planaltina, 45 kilómetros al noreste de Brasilia, del mayor acto de la Semana Santa que se realiza en Brasil.

El grupo Vía Sacra, formado en 1976, representa cada año la pasión y muerte de Jesús con miembros de la parroquia, en un montaje que es uno de los más populares y de mayor asistencia de este país, que tiene el mayor número de católicos del mundo (130 millones).

El acto se inicia la tarde de cada Viernes Santo y se prolonga hasta la noche, representando desde la detención de Jesús en el monte de los Olivos hasta su muerte en la cruz y resurrección.

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