Son cuatro las exigencias de los reclusos de las cárceles de Guayaquil, Quito y Cuenca para deponer acciones: la derogatoria de la detención en firme, la restitución del 2x1, la aprobación del nuevo Código de Ejecución de Penas y el otorgamiento de un año de gracia por el hacinamiento en las cárceles. Considero que la detención en firme es inconstitucional y que su inmediata derogatoria se vuelve necesidad jurídica, ya que no se puede privar de libertad a ninguna persona de manera indefinida, sin existir sentencia condenatoria en su contra. Esta exigencia tiene un fundamento legal, irrefutable.

La restitución del 2x1 y el año de gracia por hacinamiento, en cambio, nacen de una realidad subjetiva y particular de la situación carcelaria en Ecuador.  Nuestro sistema penitenciario colapsó hace años, se carece de infraestructura y recursos para una verdadera regeneración del individuo.

Nuestras cárceles son un infierno donde las cosidas de labios, crucifixiones, entierros y amputaciones de miembros del cuerpo, en señal de protesta, son consecuencia de la desesperación que lleva al ser humano a atentar contra su propia humanidad.

Publicidad

Ya es hora de que alguien solucione este gravísimo problema que involucra a miles de familias, y la sociedad no puede seguir dando la espalda a una realidad, que por más chocante e irritante que parezca, es el reflejo de un país tercermundista y corrupto.
Ab. Fernando Rosero
Guayaquil
El Gobierno Nacional debe asumir la responsabilidad de crear, urgentemente, en el Oriente ecuatoriano, una cárcel de máxima seguridad. Para el Gobierno eso no representaría rubros, pero es ya el momento de aportar con ideas y actuar sobre la crisis carcelaria y en la zozobra que vivimos ante la delincuencia que se incrementa por la falta de trabajo, y se eleva en el mal llamado centro de rehabilitación social.

La idea sería construir en la Amazonia una cárcel en una extensión de unos 15 kilómetros, clasificando a los presos por diferentes delitos, poniéndoles uniformes y haciéndolos trabajar en el campo, sembríos de ciclo corto, esa producción representaría ingresos al Gobierno.

Gerardo Segovia
Galápagos