¿Hasta cuándo padre Almeida?

Esa es una frase de un famoso cuento de la tradición quiteña, que se usa para expresar un desencanto, y es la más apropiada para indicar mi desacuerdo a las periódicas alzas de los costos por servicios financieros y comisiones, que están enriqueciendo más a ciertos bancos privados, principalmente.

Digo eso en razón de que solo por mantener una cuenta corriente en cierto banco de Guayaquil hasta el año 2003, se cobraba mensualmente $ 2 y $ 3 por manejo y emisión del estado de cuenta mensual, y ahora en el 2004 han decidido cobrar al mes $ 3,50 y $ 5 por estos conceptos; es decir que otra vez se retoma con voracidad la tradicional política de aumentar sus ganancias a costa del cuentahabiente que por la naturaleza de su actividad, necesariamente debe mantener una cuenta.

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Lo anterior es igual o peor en costos, con las famosas tarjetas de crédito. Yo mantengo una desde hace algunos años y de similar manera, actualmente cobran solo por la emisión de la tarjeta plástica $ 25, cuando antes la regalaban.

Omar Vinicio Herrera Romero
Quito