Luego del derrame de Papallacta, que afectó las fuentes que proveían al 60% de la población de Quito, la Empresa Metropolitana de Agua Potable (Emaap) pospuso proyectos para mejorar la cobertura del servicio en parroquias rurales de Quito.

La búsqueda de nuevas fuentes de agua que reemplacen a Papallacta se convirtió en prioridad de Emaap, según Jorge Rivera, gerente de Operaciones.  Aún no se conoce en cuánto tiempo se podrá hacer uso de la laguna de Papallacta. Si bien la remediación terminará en una semana, una auditoría determinará si el agua está apta.