Las amotinadas reclusas de la cárcel de mujeres de Guayaquil ataron ayer, en dos palmeras, a los guías penitenciarios Jerson Mora y John Jairo Campos. Similar actitud asumieron en la víspera cuando amarraron a dos policías, a quienes amenazaron incinerarlos con la explosión de dos tanques de gas, pero luego los soltaron.

En la protesta que exige la restitución de la ley del 2x1 (rebaja de penas), la derogatoria de la detención en firme y el rechazo a ser dependientes de la Función Judicial, las internas destrozaron los ventanales de la Dirección del Centro de Rehabilitación Social. Luego incendiaron colchones dentro del pabellón administrativo y exigieron que se respeten los ofrecimientos realizados por el Gobernador del Guayas, Felipe Mantilla, tras el diálogo que mantuvo con la presidenta del comité de internas, Marisol Ruales, el pasado martes.

Las reclusas, Maribel Mera, Eugenia Chóez y la española Vanesa Yuncal, se sumaron a la huelga de hambre que iniciaron el pasado lunes sus compañeras, Carmen Gurumendi, Nancy Bayas, Carmen Analuisa y Rosa Vera, quienes mantienen cubiertos sus ojos y boca con cinta adhesiva.

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La interna Martha Torres indicó que esperan que la directora Amelia Alvarado dé trámite a las boletas de libertad pendientes desde hace un mes. Torres sostuvo que estas (boletas) sobrepasan las 100.

Entre otras exigencias las reclusas mencionaron, el mejoramiento de la infraestructura del local en que cumplen su condena y la repatriación de las reclusas extranjeras.

La visita en la cárcel de varones fue ayer normal, en la de mujeres continuó suspendida por las medidas radicales asumidas.

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