El sistema político y la pasividad ciudadana, según los consultados, contribuyen a la crisis.

El país está enfermo de “politiquería y mediocridad”, sentencia Medardo Mora, quien presidió el Conuep (Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas del Ecuador) y actual rector de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.

Así es como Mora califica la situación política del país, teñida por pugnas de poderes y  escándalos partidistas, mientras los proyectos y reformas que requiere el país siguen esperando.

Publicidad

“El país está enfermo de escándalos sin sanción y eso se traduce en una corrupción que se ha generalizado en el país, al punto que no se sabe quién miente ni quién dice la verdad”, comenta Mora.

Añade que es un proceso que lejos de componerse se agrava porque el presidente de la República, coronel Lucio Gutiérrez, no  ha dado una respuesta que el país esperaba, “porque usa exactamente las mismas prácticas de los políticos tradicionales que él criticó”.

“En el fondo es una actitud en la cual los distintos partidos solo buscan sus conveniencias y no lo que le interesa el país y a los 12 millones de ecuatorianos”, dice Mora.

Publicidad

El educador lamenta que estemos muy lejos de tener criterios lo suficientemente sensatos para pensar en una mejoría, “porque a los ecuatorianos se nos invita a votar pero no elegimos, porque jugamos a escuchar no lo que debemos escuchar sino lo que nos conviene”.

Lo que el país necesita es una revisión a fondo de su sistema político, de su concepción y funcionamiento, sostiene Valeria Merino, de Transparencia Internacional.

Publicidad

Pero además de un cambio que provenga de las reformas, dice que también es necesaria otra actitud de la sociedad civil. “La ciudadanía tiene que involucrarse con lo que está pasando en el país; por ejemplo, si la ciudadanía manda mensajes claros que ese tipo de políticos no va más porque no van a votar por ellos, de pronto tendrán el incentivo para comportarse de otra manera”, añade.

La situación de pugnas y escándalos políticos que entorpecen el desarrollo del país, según el alcalde de Loja, Bolívar Castillo, se da “porque en Ecuador hay un Estado que lejos de regular es regulado, que lejos de controlar es controlado, que lejos de gobernar es gobernado por sectores de presión políticos, sindicales, empresariales, etcétera”.

Por ello, dice, se debe hacer una reforma política a fondo, donde se establezca con claridad que no hay tres poderes en el Estado, sino uno solo que se ejerza a través de funciones con atribuciones específicas y que no se superponen.

Así, explica, debe estar la función ejecutiva o administrativa, la legislativa o normativa, la judicial, “y una que es indispensable crear: la de control a través de un Consejo de Estado que nombre al Contralor, Procurador, Fiscal general, superintendentes y que ejerza las funciones del Tribunal Constitucional”.

Publicidad

Según Castillo, no es posible seguir sosteniendo el sistema actual “donde el Legislativo cobre su importancia en el chantaje al Ejecutivo, donde el Ejecutivo para poder administrar necesita comprar diputados y jueces, y la Función Judicial paraliza a la administrativa y  legislativa por la vía de  amparos constitucionales”.