¿Cómo no emular los ecuatorianos la garra de campeón de nuestro crédito?

¿Cómo no entender que con tesón, constancia y trabajo que germinan los frutos?

¿Cómo no haber declarado entonces a Jefferson Pérez héroe nacional si en su corto caminar nos ha regalado una cátedra de sencillez, pulcritud y patriotismo, aparte de la única medalla de oro olímpica en la historia deportiva del país?

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Que nazcan más Jefferson Pérez Quezada con ese espíritu de quien no tiene derecho a rendirse, para que podamos demostrarle al mundo que en Ecuador no solo campea la corrupción, sino también que tenemos madera de campeones en el deporte.

Lcda. Meybol Villavicencio M.
Guayaquil