El Ecuador se encuentra en la lista de países demandados, lo que sencillamente no tiene sentido, puesto que el dumping (así se conoce a esta práctica comercial desleal) lo practican empresas en franco proceso de expansión, como una táctica agresiva para desplazar competidores.

Como se recordará, nuestro país llegó a ser uno de los grandes exportadores de langostino, pero su producción se derrumbó como consecuencia de la mancha blanca. En los últimos años los camaroneros apenas han comenzado a recuperarse sin ninguna ayuda estatal.

Acosados por la crisis, han debido trabajar casi sin crédito, o con crédito muy caro, y venciendo la desconfianza de sus proveedores.

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Pero si las autoridades norteamericanas determinan que nuestro camarón se vende en ese mercado a precios ficticios, las consecuencias serán muy graves, puesto que le impondrán un arancel adicional y con eso, literalmente habrán acabado con ese rubro fundamental de nuestras exportaciones.

El país perderá varios millones de dólares y el desempleo mostrará un considerable incremento.

El juicio que estamos comentando, entonces, no es una amenaza contra un sector económico determinado sino contra el país, y como tal deberían asumirlo la opinión pública y las autoridades.