El Vaticano calificó al encuentro como un antídoto al temor del terrorismo y a la guerra. 

El papa Juan Pablo II exhortó ayer a los jóvenes a que no tengan miedo de ir contracorriente y proclamen sin complejos “el mensaje de la Cruz” frente al bienestar material y la comodidad que imperan en la actualidad.  En la celebración de los ritos del Domingo de Ramos, pórtico de la Semana Santa, el Pontífice conmemoró la Jornada Mundial de la Juventud.

El Vaticano calificó la reunión, de unos 40.000 feligreses frente a un altar levantado sobre las gradas de la Basílica de San Pedro, como un antídoto al temor del terrorismo y a la guerra en todo el mundo.  Juan Pablo II dedicó su entera alocución a recordarles a los jóvenes el sentido de las celebraciones que la Iglesia Católica inició ayer, para que lo hagan suyo con espíritu de testimonio renovado.

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“Ciertamente –dijo– el mensaje de la Cruz no es fácil de comprender en nuestra época, en la que el bienestar material y las comodidades son propuestos y buscados como valores prioritarios”. Juan Pablo II afirmó que “en el clima de alegría, velado de tristeza, que caracteriza al Domingo de Ramos” los cristianos renuevan su fe en la Cruz, “el único signo de salvación para todas las generaciones”.

La homilía del Papa la escucharon miles de jóvenes en la Plaza de San Pedro y, vía satélite, unos 40.000 reunidos en la puerta de Brandeburgo, en Berlín, con la Cruz del Jubileo que hace dos décadas el Papa entregó a los jóvenes para que peregrinara por el mundo y que el 2005 presidirá la Jornada Mundial en Colonia.

“Os confío a vosotros la Cruz para que la llevéis como signo del amor del Señor por la humanidad y anunciéis que solo en Cristo está la salvación y redención”. Durante la celebración hubo un recuerdo al conflicto de Oriente Medio, con una plegaria para que Jerusalén “se convierta en lugar de encuentro y de diálogo entre los creyentes en un único Dios” y se imponga la paz, por la que tantas veces ha clamado el Pontífice. También se rezó en árabe por todos los jóvenes que tienen puesta su esperanza en un mundo más justo y habitable.