El presidente estadounidense, George W. Bush, reiteró hoy que se entregará el control de Iraq a los iraquíes el próximo 30 de junio, como está previsto, pese a la inestabilidad en el país y las dudas sobre el plan en el propio Estados Unidos.
 
"La fecha sigue firme", dijo Bush a los periodistas tras pronunciar un discurso sobre la economía en Charlotte (Carolina del Norte) y reunirse con la familia de un soldado que murió en Iraq.
 
"En mi opinión, cuanto más nos acerquemos a esta fecha, será más probable que desafíen nuestra determinación", recalcó.
 
Bush realizó estas declaraciones tras un fin de semana especialmente violento en Iraq.
 
Hasta ahora los ataques a los soldados estadounidenses se habían concentrado en "triángulo suní" al norte de Bagdad, la región donde es mayoría el grupo religioso al que pertenece Sadam Husein.
 
Sin embargo, en los últimos días los partidarios del líder chií Muqtada Al Sadr se han enfrentado a las tropas de ocupación en varias ciudades del país tras la detención el pasado viernes de Mustafa Yaqubi, el representante del dirigente en Nayaf.
 
Al menos 52 iraquíes, ocho soldados estadounidenses y un militar salvadoreño han muerto en estos incidentes, lo que ha acrecentado las dudas sobre la viabilidad de transferir el poder el próximo 30 de junio a un nuevo Gobierno iraquí, cuya forma de elección aún no ha sido determinada.
 
El domingo, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Richard Lugar, reconoció la ausencia de seguridad en algunas ciudades y la incapacidad de la policía iraquí para responder al problema.
 
Preguntado si el traspaso del control del país sería prematuro en esa fecha, Lugar respondió: "Puede ser y creo que es probablemente un buen momento para tener ese debate". Esta fue la primera vez que un legislador republicano de su talla manifiesta dudas sobre el plan.
 
Pero la Casa Blanca intentó responder hoy enérgicamente a estas insinuaciones. "Hay acciones difíciles en Iraq, pero mantendremos el rumbo", declaró Bush en su discurso.
 
Desde Bagdad, Dan Senor, un portavoz de la coalición extranjera que administra el país, dijo que EEUU cumplirá su "compromiso" de entregar la soberanía, pero enfatizó que mantendrá "un papel prominente en seguridad" y en la reconstrucción.
 
"Existe la idea de que va a haber un cambio espectacular después del 30 junio, que se apagará la luz y nos iremos, y simplemente no será así", explicó Senor.
 
Tras la transferencia de poder el administrador civil de Iraq, Paul Bremer, abandonará el país. Al mismo tiempo, Estados Unidos establecerá su mayor embajada en el mundo en Bagdad, con 3.000 empleados, y su ejército prevé mantener unos 100.000 soldados en los próximos dos años acantonados en el país.
 
No obstante, el aumento de los ataques de milicianos sunís e infiltrados extranjeros en las últimas semanas y la oposición armada del grupo chií liderado por Al Sadr complica estos planes.
 
En respuesta, el jefe del Mando Central del Ejército estadounidense, John Abizaid, ha pedido al Pentágono que considere la posibilidad de aumentar el contingente militar en Iraq, según informó hoy la cadena de televisión estadounidense CNN.
 
Respecto a Al Sadr, las autoridades estadounidenses recordaron hoy que un juez iraquí emitió hace unos meses una orden de arresto contra él por su participación en el asesinato el 10 de abril de 2003 de Abdelmayid Al Jui, un líder chií moderado que colaboró con Estados Unidos y Reino Unido desde el exilio.
 
Senor no explicó porqué Al Sadr no ha sido detenido hasta ahora y no quiso anunciar cuándo podría ser arrestado. "No habrá una advertencia previa", señaló.
 
El líder chií se encuentra atrincherado en una mezquita en Kufa, al sur de Bagdad, protegido por un grupo armado de sus partidarios.
 
"Esta es una persona que ha decidido que en lugar de permitir que se establezca la democracia, va a ejercer la fuerza. No podemos permitirlo", dijo, por su parte, Bush.
 
Y el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, enfatizó que EE.UU. no se enfrenta a una rebelión general de chiíes. "Se trata de un individuo que quiere socavar el proceso de transferencia de soberanía", declaró.