Una gran parte de la comunidad chiita de Iraq, que un año atrás había recibido con alivio la invasión dirigida por Estados Unidos, se volcó ayer en una acción violenta contra la coalición militar internacional en varias ciudades del país, que dejaron un balance de al menos 36 muertos, entre ellos un soldado salvadoreño y siete norteamericanos.

Según fuentes médicas, los incidentes provocaron más de 200 heridos.
La jornada de protesta, organizada por los partidarios del dirigente más radical de esta comunidad mayoritaria de Iraq, Moqtada Sadr, se transformó rápidamente en un baño de sangre.

En Bagdad al menos siete soldados estadounidenses murieron y más de una veintena resultaron heridos en un combate callejero entablado al caer la tarde con milicianos de las Brigadas del Mahdi, brazo armado del clérigo Sadr.

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El incidente, ocurrido en el populoso y depauperado barrio de Madinat Al-Sadr, al este de la capital, fue el último de una larga y cruenta saga de enfrentamientos que sacudieron ayer a Iraq, desde Bagdad a Basora, y que en la ciudad santa de Nayaf se cobraron la vida de unas 20 personas.

Entre los muertos están dos policías iraquíes  y dos militares de la coalición: un salvadoreño y un norteamericano. La base atacada fue la de Al Andalus, de la brigada Plus Ultra, dirigida por los españoles y que incluye soldados salvadoreños, hondureños, nicaragüenses y dominicanos.

La detención el sábado del líder religioso local, Mustafá Yaacubi, partidario de Moqtada Sadr en Nayaf, fue el detonante de la violencia. También en Bagdad, en el barrio chiita de Sadr City, choques entre iraquíes y las fuerzas de EE.UU. dejaron diez heridos.

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En Amara, 370 kilómetros al sudeste de Bagdad, cuatro radicales chiitas murieron y ocho resultaron heridos por enfrentamientos con las fuerzas británicas. Otros dos marines murieron por ataques de la guerrilla en el oeste de Iraq; cinco iraquíes y dos soldados norteamericanos resultaron heridos por coches bomba en Kirkuk.

Tres miembros de la Guardia Nacional Republicana (GNR) portuguesa resultaron heridos en una emboscada cerca de Nassiriyá en el sur de Iraq, donde además se reportaron ataques a un oleoducto. En Samarra, una bomba mató a tres miembros de la defensa civil.

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Anoche, Moqtada Sadr llamó a sus partidarios a “aterrorizar” a sus enemigos, afirmando que las manifestaciones callejeras se han transformado en actividades “inútiles”, tras los enfrentamientos.