Ayer, en las afueras de las instalaciones de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), ubicadas en las calles Portugal y República de El Salvador, en Quito, solo había policías.

“La seguridad implementada desde el martes en la tarde se mantendrá hasta una nueva disposición”, informó el mayor Rodrigo Beltrán,  encargado del operativo, ante la posibilidad de reacciones violentas de los simpatizantes de la ex gerenta, Wilma Salgado, luego de su remoción.

Alrededor de treinta policías y dos oficiales custodiaron el ingreso a la AGD, adonde solo pudieron pasar los funcionarios que presentaron una identificación que los acreditara como empleados de la entidad.

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Sin embargo, durante la mañana y tarde no se presentaron grupos de respaldo a Salgado; de las manifestaciones frecuentes que hubo hasta el martes, solo quedaron dos carteles y los sonidos de apoyo del claxon de algunos carros a su paso.

Los policías también se ubicaron en la entrada al parqueadero, donde pidieron credenciales a los conductores y a cada auto que salía se lo sometía a inspección.

Dentro del edificio, según el testimonio de empleados de la AGD, todas las actividades se desarrollaron con normalidad, pero los empleados permanecieron a la expectativa de la llegada del nuevo gerente, Fausto Manjarrez, director general de auditoría de la Superintendencia de Bancos, para escuchar sus disposiciones. “No nos precisaron cuándo viene, solo nos dijeron en estos días”, dijo una secretaria.

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El jefe de seguridad de la AGD, Santiago Aguilar, comentó que la vigilancia se levantará cuando se posesione el nuevo gerente, mientras tanto, afirmó, están encargados de custodiar especialmente los documentos, discos duros de las computadoras y los archivos magnéticos.

Además denunció que ayer, muy temprano, se dieron algunos enfrentamientos entre los gendarmes y empleados de la agencia.