Cold Mountain, melodrama ambientado en la Guerra Civil norteamericana. Un amor imposible.

Una película impecable en cuanto a la representación de la época, pero cuyo punto más débil está en el guión de Anthony Minghella: un amor platónico que no es tan intenso como para ser verosímil. La historia de Ulises en la Odisea, que a ratos se vuelve un road-movie, pero que se salva con las actuaciones de Nicole Kidman, Jude Law, ambos arquetipos del galán y la heroína melodramática: incorruptibles, pero lineales. Lo mejor del filme es la irrupción de Ruby (Renée Zellweger), donde la rubia texana nos demuestra por qué fue merecedora de un Oscar a mejor actriz de reparto. Es impresionante la transformación de Zellweger en este filme, muy lejos de la delicada Roxy de Chicago, o la solterona con sobrepeso de El diario de Bridget Jones. Ahora ella interpreta a una desgarbada y maleducada mujer de campo que se revela como lo más opuesto a Ada (Nicole Kidman).

Recomiendo esta película, tiene un excelente trabajo de dirección artística, fotografía y banda sonora, habla de amor, amistad y supervivencia. La lucha de esas mujeres por sobrevivir en un país convulsionado. Una realidad –en su esencia– no tan distante de la nuestra.

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