Cuando las manecillas del reloj de la pared principal del mercado Caraguay, ubicado en el sureste de la ciudad, marcaban las 10h50, Juan Alvarado, un menudo hombre de 45 años, se limpia el sudor transpirado por el sol incandescente de la mañana, mientras espera por un cliente.

A las 11h00,  Juana Fariño se convierte en la segunda carrera del día. Antes había tomado una a las 08h30, media hora después de que comenzó su jornada.

La carga de Fariño, compuesta de una funda con pescado y yuca, no es tan pesada para cobrar más allá de un dólar y medio por el servicio, considerando además que el lugar de destino es el Guasmo Norte, adonde llega a 40 kilómetros por hora, manejando en medio de calles enlodadas y sin pavimentar.

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Su vieja camioneta Mazda del año 77, color celeste pálido, toma contacto con el lodo. Luego retorna a la Caraguay. Allí, por espacio de media hora sigue la espera bajo el sol. A las 12h10 le cae el tercer flete. La carrera es corta: a la Floresta, aunque la carga es más pesada, pues son dos sacos de arroz.

El reloj de la Caraguay marca las 13h10 y  Juan tiene hambre. Es hora de comer. Toma su camioneta y se dirige a su casa, en la ciudadela del IESS, en el sur, donde tiene una villa que la compró con el dinero de su liquidación como bodeguero de Autoridad Portuaria, en 1993.

Ahora subsiste por los fletes. En un día malo, como el de ayer, se gana en toda la mañana 4 dólares y medio. Los buenos no pasan de 15 dólares al día, suma con la que debe costear la educación de sus cuatro hijos menores y mantener a su esposa Olga.

10H50 AM
Juan Alvarado (i) espera en las afueras del mercado Caraguay por su clientela. Desde hace seis años transporta cargas..

11h00
En su segunda carrera del día, Juan Alvarado ayuda a su clienta Juana Fariño a colocar la funda en la camioneta..

11h40
De vuelta hasta su lugar de trabajo, el mercado Caraguay, el camionetero espera por otro flete.

12h10 PM
Juan Alvarado toma su tercera carrera, luego de 35 minutos de espera. Su próximo destino es La Floresta.
12h45
Un dólar y medio cobró Juan Alvarado a su cliente de La Floresta, a quien le ayuda con los sacos.

13h10
A las 13h10 Juan Alvarado hace un alto a sus actividades para ir a almorzar a su casa (ciudadela del IESS, sur de Guayaquil).