Esa convocatoria constituyó una medida legal rechazada por cientos de afectados; la que, por consiguiente, no puede generar el pago de honorarios a favor de persona alguna.

Me debo al segmento de pequeños deudores que con esfuerzo y sacrificio hemos sabido honrar nuestras obligaciones. Prueba de ello es que he realizado dos reestructuraciones; seguramente, por ese motivo no he sido demandado.

Por lo expuesto, es necesario que la Gerencia de la AGD disminuyan sus pretensiones y, previamente, juzgue objetivamente a cada deudor, según su comportamiento de pago.

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Igualmente indignante es la prohibición ordenada para que no pueda salir de mi propio país.

Ab. Carlos Murrieta Mora
Guayaquil