Tal sacrificio podría justificarse ante los ojos de sus protagonistas si se observasen señales de que la situación cambiará en el corto plazo. Pero no es así tampoco: incluso en los sectores de la economía donde se atisba cierto dinamismo (banca, cierto comercio de importación, algunos rubros de exportación, entre otros), el empleo en los últimos meses se ha incrementado en cifras exageradamente modestas.

La solución no deberá buscársela a través de decretos, ya que la economía tiene leyes propias que no las puede alterar nadie. La clave pasa, como siempre, por fomentar la inversión productiva, para que crezca el empleo, y así, habiendo mayor demanda de trabajadores, presionar los salarios hacia arriba.

Algunos anuncios se han hecho en tal dirección, pero por lo visto siguen siendo insuficientes.

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