Unos 2.500 mineros des-empleados de Bolivia amenazaron con más “sacrificios” pocas horas después de que uno de ellos, Eustaquio Picachuri Collaca se inmolara en el vestíbulo del Parlamento boliviano tras esperar durante siete años su jubilación.

“Estamos dispuestos a sacrificar nuestras vidas, uno a uno, o de manera colectiva”, dijo Félix Condarco, presidente de la Asociación de ex mineros.