Su imagen de funcionaria netamente técnica con voluntad para cobrar las deudas de los morosos de la banca cerrada bajo el control de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) es el principal activo político de la gerenta de esa entidad, Wilma Salgado.

“El pilar de su acción su deseo de luchar contra la corrupción. Eso genera el apoyo de la ciudadanía, más porque ella ha declarado ser independiente del Gobierno”, refiere Virgilio Hernández, ex directivo del movimiento que apadrinó el nombramiento de Salgado hace un año: Pachakutik.

De allí que todas las tendencias políticas (desde la centroizquierda hasta el socialcristianismo) y los movimientos sociales tengan interés en identificarse (y respaldar) con la gestión de la funcionaria por los réditos electorales que puedan obtener, dice Patricio Pazmiño, coordinador del Centro de Estudios Económicos y Sociales (CDES).

Publicidad

Hernández señala que, sin embargo, el PSC maneja un doble discurso: por un lado, sus principales líderes (como el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot) dicen apoyar su acción de cobro; pero a través de otros mecanismos (las denuncias efectuadas por el diputado Patricio Dávila o los informes de la Contraloría del Estado) la cuestionan.

La diputada Cynthia Viteri (PSC) asegura que la posición de su partido es respaldar “todas las acciones legales de cobro de la AGD”. No se trata, opina, de “un agradecimiento” por las decisiones que ella tomó en tres casos vinculados a intereses de esa agrupación.

Estos son la reprogramación de deudas de Agustín Febres-Cordero, hermano del ex presidente y diputado León Febres-Cordero; el apoyo al alcalde Nebot en la constitución de un fideicomiso para la administración de la ex Emelec; y la prohibición de salida del país del ex mandatario Gustavo Noboa (ex miembro del directorio de Filanbanco, en 1997), a quien LFC denunció por la supuesta negociación irregular de la deuda.

Publicidad

El columnista de diario Hoy, Carlos Jijón, dice tener dudas respecto a la efectividad de la gestión de cobro de Salgado. “No creo que haya perseguido y cobrado a los grandes deudores con poder político real. Mis sospechas se agrandan ante el hecho de que las vinculaciones políticas de esos grandes deudores la estén respaldando”, refiere.

Miguel Macías Carmigniani, ex abogado de la AGD, cree que la funcionaria está creado condiciones para participar en política como candidata.

Publicidad

De hecho, la funcionaria no ha descartado esa idea: “Dicen que el 82% de la población cree que (el próximo presidente) podría ser una mujer... Pero aunque no descarto, ahora no pienso en eso”, dijo a este Diario hace dos semanas.

Ella comentó, incluso, que recibió llamadas de la Izquierda Democrática, de Pachakutik y los socialistas.

“Un diputado del Partido Social Cristiano me decía: Ojalá se haga socialcristiana. También leí que Rodrigo Paz (posible candidato a alcalde de Quito) busca una candidata que cobre deudas y que sonría.

Me pregunté si esa era yo o Elsa de Mena (risas)”, expresó Salgado.

Publicidad

Entonces, ¿por qué Salgado no goza del apoyo del mandatario, coronel Lucio Gutiérrez, si la lucha anticorrupción fue su principal promesa de campaña? Macías indica que al Presidente le molesta que ella no atribuya los avances de su gestión al Gobierno y que acuse a algunos de sus colaboradores de presionarla o tener vinculaciones con deudores.

Pero tampoco le conviene destituirla, agrega. “Si lo hace la convertirá en una mártir. Ella tiene buena aceptación popular, aunque haya cometido dos errores: designar como abogado a Bolívar González y violar las leyes para cobrar las deudas”, explicó el jurista.