El marco de la realidad no es como para sentir tranquilidad con los oleajes terroristas y nuevas violencias en Oriente, como la ejecución del líder de los palestinos de Hamas.

Continúan los odiosos detonantes para los enfrentamientos por venganza. Y las confusiones terminan convirtiendo en víctimas no solo a los culpables sino también a personas ajenas a las políticas de terror.

Entonces, las Naciones Unidas deben entender el valor que tiene para el mundo el rescate de su categoría moral.

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El paso que se hizo sobre su autoridad para establecer la ocupación de Iraq y el aumento de focos bélicos y sus muertos, hacen temer que si hay un nuevo orden, este pudiese no tener legitimidad suficiente.

Corresponde a la ONU crecer en el mejor sentido. Tiene que evaluar sus sistemas de trabajo. Si fueron aceptables a partir de 1945 y unos cuantos años subsiguientes, ahora ya necesitan eficaz renovación.