Las 52 familias del recinto Las Peñas, de la parroquia Balzapamba (Bolívar) pasan las últimas horas pidiendo a Dios que ya no llueva fuerte.

Ellos temen que se repita la pesadilla que vivieron en la madrugada del domingo pasado, cuando parte del cerro aledaño a sus casas se vino abajo, producto de los torrenciales aguaceros.

El derrumbe provocó el cierre momentáneo de la vía Montalvo-Balzapamba y destrucción en dos viviendas, cuyos propietarios han sido evacuados a las casas de sus vecinos.

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“Fue como un trueno y a los pocos segundos la pared se me vino abajo”, comentó Luz Manzano, propietaria de una casa cuya pared frontal fue destruida por la fuerza de la avalancha. Esta fue la vivienda más afectada.

Manzano, de 65 años, solo vive con su esposo Rómulo Muñoz (69), quien sufre de Parkinson. Ellos fueron rescatados en medio del lodazal y agua por sus vecinos.

También ayudaron a Gladys Chiguano, cuya casa resultó inundada y rodeada de lodo.

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Cristóbal Gualán, quien vive con su esposa y tres hijos en la zona, recuerda que el sábado a las 17h00 comenzó a llover hasta las 07h30 del domingo. “Tengo 40 años viviendo en este lugar y nunca antes aquí se había presentado un derrumbe de esta magnitud”, dijo.

En un camino vecinal que va hacia el recinto Las Guardias en el sector de Muñapamba se produjo otro derrumbe en esa madrugada, por lo que los carros que hacen fletes no pueden llegar a esa zona.

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Ayer, bajo una llovizna y neblina, trabajadores del Ministerio de Obras Públicas terminaron de despejar la vía, mientras los vecinos, con pala en mano, retiraban el lodo de las casas de las familias afectadas.