El bullicio de las motocicletas Harley Davidson con sus conductores vestidos de negro se alejó ayer de Salinas a medida que avanzaba el día. Con ello, quedó cierta nostalgia en quienes se apostaron en el malecón y las principales calles de la población para verlos y disfrutar de la belleza de sus vehículos.

Ellos llegaron a Salinas el viernes después que salieron de Guayaquil, donde se congregaron 2.000 Harley conducidas o seguidas en carros por 500 elegantes harlistas procedentes de Perú, Colombia, Estados Unidos y Ecuador.

Entre ellos viajaron 40 niños (hijos de los conductores), también los acompañaron sus esposas o parejas. Esta es la segunda ocasión que se realiza el evento y este año fue internacionalmente. De Perú llegaron seis, de Colombia, dos y de EE.UU., uno; el resto de Ecuador (Quito, Cuenca, Ambato, Machala, Manabí y Guayas).

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Los peruanos viajaron 1.500 km para asistir al encuentro y el de Estados Unidos trajo la moto por barco, dio a conocer Mario Granizo, miembro del Comité Organizador, que además está formado por Marco Caputti y Marco Noriega. Cada conductor pagó $ 100 por la inscripción que le dio derecho a alojamiento, alimentación, camiseta, un prendedor y diploma.

La familia harlista se alojó en los hoteles Punta Carnero y Sun Beach, en Salinas, este último de Mario Granizo, quien es además abogado y empresario guayaquileño. El viernes en la noche el vicealcalde de Salinas, Paúl Borbor, les dio la bienvenida. No estuvo presente el alcalde Dionisio Gonzabay, quien se encuentra en Costa Rica.

También dieron un concierto de rock y el sábado participaron en una exhibición en el autódromo de Salinas. Un harlista de la sierra (cuyo nombre no se hizo público) sufrió un accidente el viernes pasado mientras paseaba por el malecón, fue trasladado a una clínica de la localidad, pero ayer le dieron de alta. “Los fondos recaudados se los utilizará para apoyar la labor que realiza Serli, los niños de la calle y los niños que tienen sida”, indicó Granizo.