El comandante de la Policía Nacional, Jorge Poveda, también dispuso el aumento de patrullajes.

Trescientos veinte soldados del Ejército, pertenecientes al Batallón de Infantería Motorizado Mayor Galo Molina (Bimot-39), redoblaron los patrullajes de control fronterizo entre los sectores de El Charco y el cerro Chiles, en el límite internacional con Colombia.

La medida de mayor control en la frontera la implementó la cúpula militar, que visitó el jueves pasado el destacamento fronterizo de Tufiño, después de los enfrentamientos armados entre supuestos guerrilleros de las FARC y la Policía colombiana, en el poblado de Cristo Rey, en Nariño (Colombia).

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El coronel Ramón Enríquez, comandante del Bimot-39, explicó que hay cuatro patrullas de 80 hombres cada una, solo en este sector, vigilando la ribera del río Carchi y Játiva, en el límite internacional. “Este es un patrullaje normal”, comentó Enríquez, al ser consultado si la intención del Ejército es tener mayor presencia en la frontera norte, después de los hechos ocurridos en los poblados colombianos de Cristo Rey y Chiles.

No hemos incrementado el número de efectivos, lo que hicimos es redoblar los patrullajes en todo el cordón fronterizo, como lo hemos hecho hace más de dos años”, dijo Enríquez. Las cuatro patrullas dependen del destacamento militar de Tufiño y cuidan los sectores de El Charco, Tufiño, Aguas Hediondas y Volcán Chiles, en una extensión de 35 kilómetros.

Otras, que están a cargo de los destacamentos de El Chical y Maldonado, en el noroccidente de Tulcán, también resguardan la frontera en el resto de los 173 kilómetros que tiene Carchi con Nariño (Colombia). La preocupación de la Policía y el Ejército ecuatoriano es evidente, pues la tensión en el sector se incrementó después de los enfrentamientos que dejaron bajas en la Policía contraguerrilla de Chiles y los insurgentes.

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La visita de la cúpula militar, encabezada por el ministro de Defensa, Nelson Herrera, se realizó cuatro días después de los ataques armados entre supuestos guerrilleros de las FARC y la Policía colombiana, en el poblado de Cristo Rey (Nariño),  ocurrido hace ocho días, a 3 kilómetros del límite internacional con Ecuador. La visita coincidió con la llegada a Tufiño de más de 500 colombianos desplazados, quienes huyeron de la violencia de su país.

La vigilancia policial en la parroquia fronteriza también aumentó. El comandante general de la Policía Nacional, Jorge Poveda, también visitó el martes pasado la parroquia y dispuso que se eleve el número de efectivos de seis a quince gendarmes. Exigió mayor logística para sus uniformados y el incremento de estrictas medidas de seguridad.

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EN EL NORTE
Migración

Diariamente en el destacamento militar de Tufiño se registra entre 30 y 50 ingresos de colombianos, que salen de los poblados fronterizos de Cumbal, Chiles, Mayasquer, Tiúquer y San Juan, ubicados en la línea fronteriza con Ecuador.

Accesos
Los colombianos utilizan las vías ecuatorianas por mayor seguridad y porque el tiempo de recorrido para llegar a Ipiales (Colombia) es menor, al tratar de ingresar por el interior del departamento de Nariño. Ayer, hasta el mediodía, habían ingresado 30 ciudadanos colombianos y salido 15.

Ayuda

Después de conocido el primer desplazamiento masivo de más de quinientas personas, ocurrido en este sector fronterizo, organismos como la Acnur, Cancillería y Cruz Roja Internacional, se comprometieron a entregar ayuda humanitaria.

Ayer, el Acnur entregó 50 colchonetas, 80 frazadas, una cocina industrial con su cilindro de gas, dos ollas industriales, 50 vajillas completas, que comprende: vasos, cucharas, platos y tazas, a la Pastoral Migratoria de Tulcán y a la tenencia política de Tufiño. “Queremos realizar ayuda humanitaria en este sector”, dijo José Gómez, coordinador de Acnur.