La mayoría de personas que por trabajo u otros motivos nos movilizamos desde la península de Santa Elena a Guayaquil, usamos la autovía en construcción, donde hasta la fecha se han cegado decenas de vidas por los accidentes de tránsito que ocurren.

Viajar por esa “ruta de la muerte” es una pesadilla, pues existe inseguridad vial especialmente en el tramo Progreso-Santa Elena, en las noches, ya que no se han preocupado de señalizar ni iluminar por lo menos ese rústico tramo; lo que sí se ha hecho en cambio en el tramo Cristal-Progreso.

Solo la protección divina, la responsabilidad de tomar las precauciones debidas como evitar el exceso de velocidad, me salvaron de sufrir un accidente en días pasados.

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La entrega de esta autovía estaba prevista para octubre del 2003; ahora se escucha que estaría lista en julio del 2005; pero, hasta la presente fecha no se inicia la construcción de los 20 puentes correspondientes a Corpecuador. ¿A quién reclamar que se tomen medidas de seguridad vial y responsabilizar por no haber tomado medidas para evitar accidentes? Los defensores de esta construcción tienen la obligación de rendir cuentas.

Dr. Miguel Pazmiño Murillo
La Libertad