La fe es una virtud que a pesar de las dificultades que nos imponga la vida debemos cultivar. Esto es difícil ya que las pruebas pueden ser muy grandes y se dan en circunstancias inesperadas, como la pérdida de un familiar, del trabajo, de la enamorada (o), en fin, un sinnúmero de cosas que nos alegran en su momento y luego nos causan un dolor sin igual, porque uno llega a aferrarse tanto a ellas que parece imposible recuperarse de aquella situación dolorosa. Pero nunca debemos perder la fe, sobre todo en Dios, que es el ser que nos da todo sin esperar nada a cambio. Lo importante es conseguir los objetivos trazados, ya que con mentalidad positiva podremos vencer los obstáculos al andar.
John Castro
22 años, estudiante de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil
¿Pensamos antes de actuar?
En la vida hemos dicho y hecho muchas cosas de las cuales luego nos damos cuenta del daño que hemos causado. Solo debes recordar si alguna vez en tu vida le dijiste a alguien algo que no sentías o no querías decir y, por supuesto, luego te diste cuenta de lo mal que estuvo. ¿En algún momento de tu vida le pusiste  mala cara o le hiciste algo feo a alguien que simplemente no se lo merecía? ¿Recuerdas cuán mal te sentiste cuando te diste cuenta que lo que hiciste estuvo mal? No pensar antes de hacer o decir algo trae consecuencias. Ya que uno es mitad impulso y mitad razón y debe tratar de razonar cada acción antes de realizarla.
Ligia López
15 años, estudiante de 6º curso del colegio José María Velasco Ibarra

El mundo de los sueños

Hace algún tiempo me encontraba soñando y era tan lindo soñar que crecía espiritualmente. Tenía todo lo que siempre anhelé como persona.  Soñé con crecer, amar, ser libre, en fin, soñé... que era feliz completamente. De repente, desperté y volví a la realidad y comprendí que era un sueño un poco difícil de cumplir. El mundo de los sueños es tan lindo y completo a la vez que te enseña muchas cosas, pero lo más importante es que te hace sentir vivo porque te demuestra que estar feliz o triste no es un ritmo monótono de vida sino un simple estado de ánimo. Quiero que el mundo en el que vivo no solo sea de sueños sino de realidades, por eso desde hoy voy a luchar para conseguirlo.
Nila Guerra
16 años, estudiante del colegio La Providencia