Los inicios futbolísticos de Galo Vásquez fueron en el Club del colegio Cinco de Agosto de Esmeraldas, en 1975. Era estudiante de secundaria y esa institución participaba en los torneos locales del fútbol amateur.

Cuando Barcelona mostró interés por sus servicios vino a prueba con su compañero   Emeterio Vera, en 1978. El peruano Marcos Calderón (+), a quien recuerda como un perfeccionista, era el técnico del equipo canario y dio el visto bueno para que se quedara.

Luego que fichó permaneció en el Ídolo hasta 1990. Al siguiente año jugó en el Delfín, porque no arregló con la escuadra torera. Después de esa temporada se retiró.

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Mientras permaneció en el conjunto torero obtuvo 5 títulos y 3 vicecampeonatos. No disputó la primera final de la Copa Libertadores con Barcelona porque no hubo acuerdo con la dirigencia para renovar el contrato y tuvo que abandonar el club.

Cuando han transcurrido doce años de su retiro, el mediocampista dice que el fútbol le ha dejado muchas amistades, dos casas (una en Guayaquil y otra en Esmeraldas), un vehículo y el mayor tesoro del cual se siente muy orgulloso: su familia.

Uno de sus herederos, Galo Vásquez Jr. (15 años), intenta seguir sus pasos. Estuvo en las divisiones menores de la Cemento Nacional, pero se retiró para dedicarse a los estudios. Ahora su padre espera que en algún momento vuelva a jugar y emule lo que él hizo.

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Mafalda también es dueño de un billar, actividad a la que se dedica desde el 2001 por recomendación de un amigo, y le va bien porque llegan amigos del deporte. Antes era comerciante de ropa que traía de Panamá.

Del grupo de amigos que cultivó como futbolista aún tiene relación con Mario Tenorio, Luis Ordóñez, Tulio Quinteros, entre otros.

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No sabe por qué le pusieron el apodo de Mafalda, solo recuerda que fue en una reunión de amigos hace muchos años.

Fue seleccionado nacional y anotó un gol ante el combinado de Argentina en 1983 por la Copa América, en Quito, en el empate a 2. En el Barcelona hizo goles contra Sol de América, en 1987 por Copa Libertadores y al River Plate en Argentina, cuando le hizo un “sombrero” al portero Neri Pumpido.

Galo Vásquez reconoce que todos los técnicos dejaron su huella y recuerda entre otros al chileno Luis Santibáñez y Otto Vieira (+).

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