Dos millones de dólares se requieren para concluir una obra que se inició hace un tiempo, para beneficio de muchos pobladores, pero que luego se la suspendió por falta de financiamiento.

Para quienes viven en centros urbanos con un mínimo de comodidades, resulta difícil comprender a veces la importancia que el relleno puede tener en localidades rurales o suburbanas. Allí la diferencia entre un niño que camina con tranquilidad a su escuela y otro que se ahoga en aguas estancadas, depende de algo tan elemental como una camionada de cascajo.

Lamentablemente, los cantones menos poblados no siempre tienen la fuerza política que hace falta para imponerse ante las autoridades nacionales, cuyo interés depende de vaivenes políticos.

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En tiempos electorales ese defecto adquiere proporciones exageradas hasta el límite del absurdo. Solo así se explica que se haya iniciado en Salitre una obra de tanta importancia y luego se la descontinuase  sin ninguna explicación.

Según las autoridades municipales del cantón, la decisión de continuar con el relleno sanitario está en manos del Gobierno, el Fondo de Solidaridad y la Corporación Andina de Fomento. Desde estas páginas apoyamos su legítima demanda de que las escuche.