En las calles Pedro Pablo Gómez, entre Esmeraldas y José Mascote, Manuel Mora, un jubilado de 62 años, esperaba ayer, a las 10h00, que alguien lo contratara para transportar alguna mercadería en su vieja camioneta roja.

Ese vehículo y esa dirección del centro de Guayaquil, donde genera todo el comercio del mercado Mascote, han sido en los últimos 22 años una ayuda económica para el sustento  de sus cuatro hijos y esposa.

Los $ 120 que obtiene de la jubilación como cuadrillero de café y cacao no le alcanza a  este morador del barrio de Camilo Destruge y la 23 y por esa razón trabaja haciendo fletes.

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Su situación es similar a la de su colega, Albán Llerena, otro jubilado de 65 años que desde hace uno hace fletes desde este sector, para “llevar el pan a la casa”, pues tiene cuatro hijas que no consiguen trabajo a pesar de tener títulos profesionales.

Ambos son parte de un número indeterminado de camioneteros que trabajan haciendo fletes por su cuenta y que podrían ser detenidos en los operativos que hoy empieza la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG) en contra de los vehículos que dan servicio de alquiler de forma ilegal en las áreas urbanas de Guayaquil.

El  director ejecutivo de la entidad, Roberto Pólit, anunció el viernes último que incrementará sus controles para evitar la circulación de los vehículos que ofrecen el servicio de alquiler (taxis, camionetas y camiones cargueros, entre otros).

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El funcionario respalda las acciones en el artículo 90 de la Ley de Tránsito y Transporte Terrestre, que establece que “el conductor profesional o no profesional que preste servicio de transporte público, de personas o bienes, con un vehículo que no esté legalmente autorizado para realizar esta actividad, recibiendo remuneración por dichos servicios, será sancionado con prisión de 30 a 180 días”.

El contraventor, además, deberá pagar de cinco a diez salarios mínimos vitales generales (entre 605,85 y 1.211,70 dólares), como lo establece el mismo artículo.
Pero la medida es rechazada por  Llerena y Mora y por decenas de  camioneteros que aguardan clientes en los exteriores de los mercados. “Nosotros solamente estamos trabajando porque el dinero no alcanza. Por lo menos deberían informar qué documentos necesitamos y darnos un plazo para obtenerlos”, señaló Llerena. Mora dijo que él no tiene dinero para comprar una camioneta nueva, ni para sacar una licencia profesional, como pide en sus requisitos la institución.