La editorial Santillana, responsable de la publicación del libro, ofreció públicas disculpas por lo sucedido y anunció que los 250 mil ejemplares se repondrán “lo antes posible y con los contenidos correctos”.

El ministro de Educación, Sergio Bitar, y el gerente de la editorial Santillana, Carlos Ossa, anunciaron   una investigación con el fin de descubrir “a los responsables que vulneraron el sistema de edición, reedición y control de texto”.

El retiro de los libros fue ordenado por el ministro Bitar, quien calificó el hecho de ‘miniterrorismo’ y anunció una querella contra quienes resulten responsables.

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Esos ejemplares, destinados a alumnos de primer año de la enseñanza secundaria, forman parte de unos diez millones de libros que el Estado chileno distribuye gratuitamente cada año a los estudiantes de los niveles básico y medio del sistema público y particular subvencionado.