Una red de inmigración ilegal desarticulada en la isla española de Gran Canaria cobraba a sus víctimas, ciudadanos ecuatorianos, hasta 6.000 dólares por facilitarles la entrada fraudulenta a España, informó ayer la Policía.

El inspector de la Jefatura Superior de Canarias, José Miguel Ramos, reveló ayer que el matrimonio formado por Milton B.G.T. y Enma R.R., y su colaboradora María Virginia T.C., todos ecuatorianos, y la española Carmen Dolores G.R., fueron detenidos.

La red captaba a sus clientes en Ecuador, donde los engañaban con la oferta de un empleo en las islas Canarias. La introducción en el país la realizaban mediante cartas de invitación (un protocolo notarial por la que un residente legal, español o extranjero, se compromete a hacerse cargo de la manutención y estancia en España del invitado).

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El precio de este servicio era de 3.470 dólares por el billete de avión, además de 2.000 dólares a los que le sumaban  10% de interés y 60 dólares por la carta de invitación.

Los ecuatorianos adquirían la deuda con los traficantes desde su país, donde firmaban letras de cambio.

Además, a su llegada tenían que pagar 220 dólares por el alquiler de una habitación diminuta en una vivienda de Las Palmas de Gran Canaria, donde tenían que dormir en el suelo.

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El inspector Ramos subrayó que los detenidos acudían habitualmente a varias organizaciones de la ciudad para solicitar comida y prendas de vestir que luego vendían a los inmigrantes, quienes eran puestos en contacto con una agencia de trabajo que regentaba la detenida española.

Los agentes registraron la agencia con permiso judicial y hallaron una base de datos con dos mil fichas, de las cuales 650 eran de extranjeros que carecían de permiso para trabajar en España, dijo Ramos.