Las damas del Club de jardinería Rosathé, que por un año se encargaron de renovar la imagen del parque central de Portoviejo, también denominado Vicente Amador Flor, entregaron la semana pasada al Municipio la responsabilidad de su cuidado.

En el parque, declarado Patrimonio Cultural de la ciudad por haber sido creado en 1878 y tener ornamentas traídas desde Hamburgo (Alemania) en el siglo XIX, las damas del club sembraron plantas típicas de la Costa. Además, varias familias de la ciudad donaron animales como pericos ligeros, ardillas, monos, tortugas y aves, que se han convertido en  atractivos del lugar.

El Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda entregó $ 260.000  para realizar las mejoras que requiere este lugar, como son la instalación de rejas y remodelación de un quiosco que se trajo desde Europa.
Alba de González, presidenta del Club Rosathé, resaltó los cambios que se dieron al parque y señaló que “ahora le toca al Municipio darle el mantenimiento que requiere”.

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De González pidió al alcalde Alberto Lara se cree una ordenanza, a fin de evitar la presencia de vendedores informales y de ciclistas que puedan dañar las plantas o afectar a los animales que habitan en el parque.