Los sectores de alto poder adquisitivo de Guayaquil decidieron irse a vivir en las ciudadelas construidas en la vía La Puntilla-Samborondón, y como producto de ese éxodo masivo se originó un crecimiento desmesurado del parque automotor y la saturación del puente Rafael Mendoza Avilés en el tramo que atraviesa el río Daule.

Son múltiples los perjuicios que el congestionamiento causa al resto de los usuarios del puente, en especial a los que vivimos en el cantón Durán, por el tiempo perdido y el lucro cesante.

El Ministerio de Obras Públicas propone como solución construir un puente anexo únicamente en el tramo Guayaquil-La Puntilla; hasta ahí todo bien, pero como hay que pagar esa obra, a las autoridades estatales se les ocurrió que se debe repartir el costo entre todos los usuarios del puente, con el cobro de un peaje.

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De ese modo los habitantes de Durán y de los cantones cercanos estaríamos subsidiando a nuestros vecinos de la otra orilla, lo que no resultaría equitativo ni justo. La Alcaldía de Durán está en la obligación de encabezar la oposición al enunciado y velar por los intereses de los ciudadanos a los que representa.

Eco.  Juan Yela Bajaña
Durán