Los altos precios del petróleo están minando los efectos positivos que podría tener un dólar más débil en el abultado déficit comercial de Estados Unidos mientras el aumento de la demanda de crudo de Asia y las medidas de la OPEP para impulsar los precios sacuden la economía mundial.
 
Cuando el dólar pierde valor, las exportaciones de Estados Unidos son más competitivas en los mercados mundiales. Sin embargo, mientras los datos de comercio sugieren que las exportaciones estadounidenses podrían estarse beneficiando de un dólar más débil, el alza en los precios del petróleo está socavando esos beneficios.
 
El último informe de la balanza comercial de Estados Unidos está basado en precios de importaciones de crudo de menos de 30 dólares el barril.
 
Actualmente, con el precio del petróleo acercándose a los 40 dólares por barril, los analistas dicen que los efectos negativos del alto costo de la energía apenas están empezando a verse.
 
Los economistas no dicen aún que la economía de Estados Unidos está sufriendo por los altos precios del petróleo. Sin embargo, cada vez coinciden más en que la fuerte demanda asiática -especialmente desde China y también de India- está presionando los precios al alza.
 
Además, las políticas cambiarias de China y Japón han mantenido al yuan y al yen débiles frente al dólar. Eso, al mismo tiempo, ha limitado el crecimiento de las exportaciones estadounidenses a Asia.
 
"Los precios del petróleo han subido sustancialmente y eso obviamente incrementa los costos de las importaciones, lo que contrarresta las ganancias por el incremento en las exportaciones manufactureras de Estados Unidos", dijo Philip Verleger, veterano analista de la industria petrolera .   
 
Compitiendo por el petróleo
 
Los precios del petróleo en Nueva York han subido cerca de 15 por ciento en dos meses, a los máximos previos a la guerra de Irak de 38 dólares el barril.
 
Los precios también han se han apuntalado con los recortes en la producción en momentos en que la OPEP se prepara para una demanda global más débil una vez que termine el invierno en el hemisferio norte.
 
El alza en los precios hizo que Estados Unidos gastara 200 millones de dólares extra en petróleo en enero respecto de las cifras de diciembre, pese a que importó 8 millones de barriles menos en el mismo periodo, según el Departamento de Comercio de Estados Unidos.
 
El déficit de la balanza comercial de Estados Unidos en enero se amplió a un récord de 43.100 millones de dólares. Varios economistas dicen que la subida de los precios del crudo fue en gran parte la responsable del incremento en la brecha.
 
Nadie está diciendo que Estados Unidos, el principal consumidor de petróleo a nivel mundial, se acerca a una escasez de abastecimiento.
 
Pero debido a la mayor demanda de petróleo de China, que superó a Japón como el consumidor número dos de petróleo a nivel mundial a fines del año pasado, la competencia por el petróleo está aumentando, y una prueba de esto son los precios más altos.
 
Estados Unidos consume al menos cuatro veces más petróleo que China. Sin embargo, el gigante asiático, cuya economía creció 9,1 por ciento el año pasado, esta impulsando las importaciones de petróleo para alimentar un creciente sector manufacturero y uno más creciente aún, el de automóviles.   
 
Un Yuan muy barato
 
La competencia de Estados Unidos con China se amplia a los bienes manufacturados, y las cifras comerciales de enero no fueron particularmente alentadoras para los esfuerzos de Estados Unidos en reducir la brecha comercial.
 
El total de las importaciones de Estados Unidos desde China creció 6,6 por ciento en enero, mientras las exportaciones a China cayeron 21,9 por ciento en el mismo mes, lo que amplió la brecha comercial.
 
Aún así las exportaciones en enero representaron las segundas máximas récord, un reflejo de la debilidad del dólar y los valores artificialmente bajos de las dos monedas asiáticas, el yuan de China y el yen de Japón.
 
Mientras la balanza comercial de enero mostró que la debilidad del dólar ayudó a reducir la brecha comercial de Estados Unidos con Europa, los analistas reconocen que es posible que el déficit comercial de Estados Unidos siga expandiéndose mientras sus socios comerciales asiáticos mantengan sus monedas débiles frente el dólar.
 
Los manufactureros estadounidenses, quienes han despedido 2,9 millones de trabajadores -o cerca del 17 por ciento del total de empleos del sector- desde que George W. Bush asumió la presidencia de Estados Unidos, se quejan que estas políticas le dan a los exportadores asiáticos una ventaja al abaratar el precio de sus productos.
 
"Asia está evitando que Estados Unidos saque provecho de un dólar más débil", dijo Michael Woolfolk, estratega senior en monedas del Banco de Nueva York.
 
La moneda china está atada al dólar a cerca de 8,28 yuanes por divisa estadounidense desde 1994, un nivel que muchos economistas consideran muy bajo. Japón protege a sus exportadores deshaciéndose periódicamente de yenes y comprando dólares en "intervenciones" sistemáticas en el mercado cambiario.
 
Un dólar débil frente a las monedas europeas no nos va a ayudar. Lo que realmente necesitamos es reducir la dependencia de la energía a base de petróleo. El hecho de que los precios del petróleo hayan subido recientemente ha socavado el poder de gasto de los consumidores", dijo Woolfolk.
 
El índice de precios al consumidor de Estados Unidos, el máximo indicador de la inflación al nivel minorista, está comenzando a subir, y los analistas apuntan a la energía como la culpable del alza.
 
Los costos de la energía afectan a toda la economía, y los consumidores -que son los que sienten el golpe al bolsillo al comprar gasolina- están comenzando a sentirlo también en las tiendas de víveres.