La llegada de la estación inviernal convierte al parque 2 de la primera etapa de la Alborada en una selva.
Así lo confirma Nelson Rivera, presidente del Comité Pro-Mejoras de las etapas 1 y 2 de la ciudadela, ubicada al norte de Guayaquil.
El ente fue creado el 8 de agosto de 1998 para gestionar en el Municipio la construcción de un parque “decente”, como dicen sus moradores. La organización barrial agrupa a 140 socios.
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Un viejo horno microondas que yace en medio del monte que rodea los juegos infantiles también constata el abandono total.
Un camino de tierra que atraviesa por el centro del área verde y que es utilizado por los moradores para ingresar con sus vehículos a las peatonales es otro indicio de descuido.
“Queremos que nos hagan las canchas de uso múltiple como tenía planeado el cabildo en octubre de 1997”, manifestó Rivera.
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Los habitantes del sector tienen en su poder un mapa de lo que iba a ser la zona de 7.500 metros cuadrados de extensión. Este incluía la construcción de áreas de parqueo, dos canchas de uso múltiple, caminerías y hasta pista de patinaje.
“Nos prometieron mejorar el área y hasta el día de hoy lo hacen”, expresó Rivera.
Los menores Jean Carlos y Jonathan Marcillo, de 12 y 13 años respectivamente, pidieron al cabildo el adecentamiento de la zona. “Sobre todo de la cancha que es de tierra”, precisó Jonathan. Ellos dicen que ya no utilizan mucho los juegos infantiles porque allí el monte les llega a la cintura.
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En igual situación está el parque principal de la tercera etapa de la Alborada. Allí los juegos infantiles han desaparecido por la maleza que crece en cada invierno.
El parque ubicado en los alrededores de la manzana D7 de la Pradera II, al sur de Guayaquil, también está descuidado. Allí, en cambio, hay basura por doquier y los árboles requieren de una poda inmediata.
Junto al sector se levanta una iglesia. Su pastor, Elio Gamboa, expresó que desde hace cuatro años que realiza labores de evangelización en la zona, el Municipio ha podado una sola vez el monte. “Hemos solicitado el arreglo pero nos dicen que los terrenos son parte del Banco Ecuatoriano de la Vivienda y que el BEV debe entregarlos al cabildo para hacer las mejoras”.