Investigadores hallan nexos con los atentados de Casablanca, Nueva York y contra la ONU en Bagdad.

La policía española buscaba ayer a cinco militantes musulmanes marroquíes sospechosos de tener vínculos con los atentados con bombas que mataron la semana pasada a 201 personas en los trenes de Madrid.

Otros tres sospechosos de esa nacionalidad están bajo custodia, en relación con los peores ataques terroristas que sufrió España, y la primera supuesta agresión del grupo terrorista islámico Al Qaeda en Occidente, desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos.

Publicidad

Uno de los tres marroquíes detenidos fue identificado a partir de fotografías como Jamal Zougam por los sobrevivientes de los atentados, quienes han dicho que estuvo en la escena del crimen.

Los investigadores también examinan los restos de uno de los muertos de los atentados para determinar si era de uno de los atacantes.

La línea de investigación marroquí surgió el fin de semana cuando la policía arrestó a cinco sospechosos: los tres marroquíes y dos indios.

Publicidad

Según la prensa española Zougam tenía conexiones con algunos de los arrestados por los ataques con bombas de mayo del año pasado en Casablanca (Marruecos), en los que murieron 45 personas, incluidos doce atacantes suicidas y cuatro españoles, y uno de cuyos objetivos fue la Casa de España.

Además de los marroquíes, la Policía busca a militantes islámicos de otras nacionalidades que pueden haber jugado un papel en el ataque. Esos militantes podrían tener alguna relación con la red Al Qaeda, de Usama Ben Laden.

Publicidad

Conexión con Al Qaeda
La pista marroquí centra casi exclusivamente la atención de los  investigadores, que consideran auténtica la cinta de video encontrada el pasado sábado, en la que un desconocido reivindica para Al Qaeda los atentados del jueves.

La identidad del hombre que  aparece en el video todavía no ha podido ser autenticada.

Según la radio madrileña Cadena Ser, Said Arel, un argelino conocido por los servicios policiales, habría coordinado la preparación del atentado por orden del jordano Abu Mussab al-Zarqaui, sospechoso de estar ligado a Al Qaeda y por cuya captura Estados Unidos ofrece diez millones de dólares.

Al-Zarqaui ya ha sido designado por Estados Unidos como el  “sospechoso número uno” en los atentados perpetrados en agosto del 2003 en Nayaf (Iraq) y contra las oficinas de la ONU en Bagdad.
Zougam estaba también relacionado con una célula española de Al Qaeda dirigida por Imad Eddin Barakat Yarkas, alias Abu Dahdah, inculpado por el juez Baltasar Garzón en el marco de su sumario sobre la preparación de los  atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York.

Publicidad

Además, la ertzaintza (policía vasca) detuvo el lunes a un argelino, que pasa a disposición del juez Garzón, después que a mediados de enero de este año hubiera opuesto resistencia a la policía vasca al asegurar que  “vamos a matar a un montón de madrileños”.

La policía española, que tiene experiencia con los ataques de los separatistas vascos del grupo ETA y se considera experta en el análisis de bombas, ha pedido ayuda internacional.

La edición de hoy del diario El País informa que los explosivos utilizados en los atentados se fabricaron en España en febrero pasado. Citando fuentes cercanas a la investigación, el periódico asegura que los detonadores utilizados fueron robados en una cantera cercana a Madrid.