Uno de los temas que, según esta organización debe ser tomado en cuenta, es la no intervención militar del país en el conflicto colombiano y el resguardo y control total de la frontera por parte del Ejército de Colombia.

Según informes del Grupo de Monitoreo, el objetivo de las fumigaciones a las plantaciones de coca en zonas colombianas responde a un plan militar, auspiciado por EE.UU. y apoyado por Colombia, que pretende despoblar territorios campesinos colombianos para derrotar a la insurgencia.

“La salida militar no tiene futuro porque ese despoblamiento conducirá más temprano que tarde al traslado de la guerra a las ciudades”, dice un documento de esta organización.

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El coronel Jorge Brito, miembro del Grupo de Monitoreo, indica que el jefe del Comando Sur del Ejército de los EE.UU., James Hill, ha intensificado su presencia en Ecuador y Colombia con el propósito de que las acciones militares colombianas se incrementen en las zonas controladas por los grupos insurgentes.

El Jefe de Estado firmó un decreto, en abril del 2003, en el que se aprobaban operaciones militares de control en un perímetro de 20 kilómetros al interior del país para determinar la presencia de campamentos guerrilleros en territorio nacional.

El decreto sobre la Delimitación de las zonas fronterizas y áreas de reserva tiene la facultad de imponer restricciones laborales, así como a actividades de nacionales o extranjeros que afecten la seguridad nacional.

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Para Brito, la presencia militar en Mataje y San Lorenzo, indica que este decreto está en plena ejecución, lo que ocasiona molestias y preocupación a sus pobladores, “porque es como un estado de sitio”.

“Gutiérrez tiene la obligación en su reunión con Uribe, de adoptar una postura que privilegie los intereses nacionales”, agrega.

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El general René Vargas Pazos, integrante del Grupo, insiste en la necesidad de que el régimen diga la verdad sobre la posición nacional frente al Plan Colombia. “Dice que no vamos a intervenir pero tenemos presencia del Ejército estadounidense en Manta, que realiza controles incluso marítimos en nuestro país y hacen interdicciones aéreas”, señala Vargas.

Vargas expresa que el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas realiza un buen trabajo en la vigilancia fronteriza. “El problema es que el militar es subordinado a lo político y es el manejo político el que está complicando las cosas”, puntualiza.