A Marco Vallejo le decían Papico, porque era como un padre para casi tres generaciones de basquetbolistas, que siempre lo verán así, como el entrenador carismático, que les prohibía la frase “no puedo”, para toda la vida.

Vallejo murió el domingo anterior (a los 65 años), luego de padecer seis años de leucemia. Pero trabajó hasta la semana pasada en la escuela  Eloy Alfaro de Parcayacu.

Este personaje jugó un año en el profesionalismo, con el  Mercantil. A la siguiente temporada dirigió a ese equipo y después por 30 años al colegio  María Angélica Idrovo. Fue hincha del Deportivo Quito y directivo de la Culta Barra.

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Entre la lista de los equipos que dirigió están los quintetos de H Clan, Falco, Banco Central, Wesco, La Salle, UTE, Fruit. “Nunca entrenó a LDU amateur, porque era demasiado hincha del Deportivo Quito”, dice su hija, María de Lourdes, quien fue jugadora profesional en los años 90.

Su sepelio se realizó ayer a las 16h00 en el camposanto Jardines del Valle.