Un soldado estadounidense de origen nicaraguense que se negó a retornar a Iraq luego de sentir remordimientos por un tiroteo en que murieron civiles inocentes, se presentó el martes ante su unidad, aprestándose a solicitar el status de objetor de conciencia. 
 
El sargento Camilo Mejía ingresó al cuartel de la Guardia Nacional de Florida luego de insistir en su decisión de no volver a pelear en el Medio Oriente.
 
"Estoy dispuesto a ir a la cárcel porque tengo la conciencia limpia", dijo Mejía, de 28 años. 
 
El objetor de conciencia, que vive en Miami Beach, estuvo en Iraq durante unos cinco meses el año pasado, hasta octubre, cuando retornó a Estados Unidos con licencia. Pero Mejía no se reportó ante sus superiores. El lunes se entregó en una base de la fuerza aérea en Massachusetts y se le ordenó regresar a Florida y presentarse ante su unidad, el Primer Batallón del 124 Regimiento de Infantería de la Guardia Nacional de Florida. 
 
"Esta es una guerra impulsada por el petróleo, y no creo que ningún soldado deba alistarse para pelear por el petróleo", dijo Mejía el lunes luego de llegar al aeropuerto internacional de Fort Lauderdale. 
 
Mejía fue acompañado al arsenal por su madre, una tía y el soldado Oliver Pérez, que sirvió con él. Pérez dijo que Mejía era "un líder valiente y no debe ser procesado". 
 
"Luché junto a él en muchos combates, no es un cobarde", dijo Pérez. 
 
El abogado de Mejía, Louis Font, dijo que cree que Mejía es el primer soldado en entregarse a las autoridades militares luego de rehusarse a volver a Iraq. Mejía dijo que solicitará ser considerado un objetor de conciencia. El martes en Iraq, oficiales del ejército dijeron que otros dos soldados, pertenecientes a una unidad médica, también habían solicitado ser dados de baja como objetores de conciencia. 
 
El teniente coronel Ron Tittle, vocero de la Guardia Nacional de Florida, dijo que es posible que Mejía sea enviado a Fort Stewart, Georgia, para reunirse con un equipo de abogados del ejército. 
 
Mejía dijo que se sentía muy afectado por un incidente en que civiles inocentes fueron baleados. 
 
Nacido en Nicaragua, Mejía es residente permanente de Estados Unidos. Había servido en el ejército durante tres años, y cinco en la Guardia Nacional cuando su unidad fue puesta en servicio activo. Como civil, era estudiante de psicología en la universidad de Miami. 
 
Mejía dijo que se había unido al ejército tras llegar a Estados Unidos para poder incorporarse a la sociedad estadounidense. No quiso decir si podría ser deportado debido a su negativa a continuar sirviendo en la Guardia Nacional, pero indicó que estaba dispuesto a   aceptar cualquier sacrificio. 
 
Entre tanto, en Iraq, dos soldados han solicitado que se les considere objetores de conciencia y se les dé de baja honorablemente porque consideran   repugnante matar a alguien, dijo el martes el ejército. 
 
Los dos soldados revistan en el cuerpo de asistencia médica. Ambos informaron al ejército el 9 de febrero que querían ser dados de baja, informó el comandante de su compañía, capitán Todd Grissom. Eso fue antes que su batallón, perteneciente al 18° Regimiento de Infantería, fuera emplazado en Iraq. 
 
Los soldados, uno de California y el otro de Illinois, presentaron la solicitud de ser incluidos en la categoría de objetores de conciencia, dijo Grissom. Se negó a revelar los nombres o las edades de ambos. 
 
" Ambos piensan que es un error portar armas y no quieren estar involucrados con esta guerra", dijo Grissom a The Associated Press desde Houston, Texas. "Para ellos, la idea de poseer un arma de fuego o de matar a alguien es repugnante".