A lo largo de los 3½ kilómetros de playa de Salinas hay más de 600 personas que laboran. Una de ellas es Stalin Toro, quien ofrece recorrido en banana a los turistas. Él ayer se quejó porque la afluencia de personas no fue la esperada. “Han venido pocos visitantes”.

Incluso tuvo que bajar las tarifas en el 50% para captar clientela (de $ 2  a $ 1). Su criterio lo compartió Rosa Tomalá, quien alquila parasoles y sillas.  “No sacamos ni $ 10 al día. Ahora los turistas prefieren irse a los balnearios de la Ruta del Sol (que conecta las costas de Guayas y Manabí)”, lamentó ella.

Los vendedores aseguraron que no se han cumplido sus expectativas para esta temporada de playa, que inició en enero pasado y terminará el mes próximo. Por eso, esperan obtener las mayores ganancias en el próximo feriado de Semana Santa. Carmen Crespín, dueña de un local de comidas en el mercado, dijo que el movimiento mayor se da los fines de semana. (APM)

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