Una mona tuvo una hija saludable creada a partir de un óvulo tomado de tejido ovárico trasplantado, un avance que, según científicos, podría conducir a nuevos tratamientos de fertilidad para las mujeres con cáncer.

La monita, llamada Brenda, es el primer primate que nace de un óvulo que no procede de un ovario funcional sino del tejido ovárico implantado en otra parte del cuerpo de la madre. Dicho tejido contiene células que pueden desarrollarse en óvulos sin la presencia de un ovario completo.

Los científicos extrajeron el óvulo, lo fertilizaron e implantaron el embrión en el útero de una madre suplente. “Este avance puede ser un paso importantísimo para conservar la fertilidad de las jóvenes que sobreviven al cáncer”, dijo David Lee, experto en fertilidad de la Universidad de Ciencia y Salud de Oregon, en la ciudad de Portland, quien trabajó en el proyecto.

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“En el futuro, este procedimiento podría permitir que un número significante de sobrevivientes al cáncer puedan concebir y tener bebés saludables”, agregó.

Aunque los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía radical, salvan la vida de pacientes, también pueden dañar o destruir su fertilidad.

Los científicos devolvieron la fertilidad a siete monas, cuyos ovarios fueron extirpados con anterioridad, implantando tejido ovárico fresco bajo la piel de sus brazos y abdomen, o en una combinación de lugares para determinar el mejor.

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Entre seis y doce meses después, los científicos extrajeron los óvulos, los fertilizaron con esperma e implantaron una docena de embriones en madres suplentes, según el estudio publicado en la revista Nature.

De estos implantes, se logró un embarazo y cinco meses después –el período normal de gestación para las monas– nació Brenda. A principios de esta semana, otro equipo de investigación dijo que había obtenido un embrión humano en un proceso similar, utilizando tejido ovárico congelado que fue tomado seis meses antes de una paciente con cáncer y luego colocado debajo de la piel. Sin embargo, este experimento no produjo un bebé.

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Hasta ahora solo ovejas y roedores han nacido de trasplantes ováricos semejantes. El conocimiento derivado de la investigación con las monas permite a los científicos avanzar a la obtención de los mismos resultados en personas.

“Si funciona en monos Rhesus y como sabemos que podemos recuperar y fertilizar los óvulos de pacientes, es razonable creer que en algún momento también podremos lograr embarazos (con este método) en seres humanos”, dijo Don Wolf, del Centro Nacional de Oregon para la Investigación de Primates.

Wolf agregó que el próximo paso será tratar de obtener el mismo resultado utilizando tejido ovárico congelado de monas, en vez de tejido fresco como en este caso.