Decenas de curiosos y una veintena de carros oficiales rodeaban ayer la plaza Bolívar en el centro de Bogotá. La calle 12 y la carrera Séptima, donde está ubicada la Catedral Primada, fueron cerradas por la seguridad presidencial de Colombia, y las vías aledañas al sector eran resguardadas por decenas de militares y policías fuertemente armados. Todo ese despliegue militar se debía a que en el interior de la iglesia se oficiaba una misa en honor de los colombianos que murieron en el atentado ocurrido el jueves pasado en España.

La misa, que se inició a las 13h00 y culminó media hora después, la presidió el mandatario de Colombia, Álvaro Uribe; el embajador de España en ese país, Carlos Gómez-Mugica Sanz; los ministros del gabinete presidencial, autoridades religiosas, militares y locales, como el alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón. La canciller colombiana, Carolina Barco, informó que hasta ayer al mediodía se había confirmado la muerte de dos personas, Gloria Bedoya y John Jairo Ramírez Bedoya; Isabel Cristina Mejía resultó herida y Gloria Isabel Enau está desaparecida. Barco condenó el hecho terrorista y solicitó a los colombianos indocumentados que residen en España, que se acerquen a la embajada de Colombia para solicitar ayuda y comunicarse con sus familiares. Al acto religioso también asistieron los representantes de diferentes misiones diplomáticas acreditadas en Colombia. “En este momento al pie de la iglesia me quiero solidarizar con la ciudadanía gritando: terroristas cobardes”, dijo ayer William Braucher Wood, embajador de EE.UU., quien aseguró que su gobierno reafirma el compromiso “de acabar con esta amenaza (el terrorismo)”. Mientras tanto, el embajador de Gran Bretaña, Thomas Joseph Duggin, dijo que aún no hay evidencia suficiente para responsabilizar a la red Al Qaeda del atentado. Con respecto a si este hecho sería un acto de represalia contra los aliados de EE.UU. en la guerra contra Iraq, Duggin no descartó que su país también pueda ser víctima de estos atentados en el futuro. El embajador de Israel, Yair Recanati, sostuvo: “Nosotros también somos víctimas del terrorismo”.