Hace unas décadas se difundió especialmente en los centros de enseñanza de todo nivel, un folleto llamado Un mensaje a García; fue en un momento en que se estaba cayendo en inercia colectiva, y se daba espacio al facilismo que frena las acciones creativas y el progreso.

El que entregó el mensaje a García pasó vicisitudes adversas por las condiciones de esa época, cruzando ríos, selvas y montañas a través de la hostilidad en campos enemigos.

 Hoy, en la vida moderna, con satélites, medios electrónicos de comunicación instantánea a todo el mundo, el mensaje a García sería un juego de niños.

Publicidad

Sin embargo, aún hay muchos ciudadanos que se quejan de todo y a los que “se les pierde el mundo” por nada, mientras el país, su gente, sus instituciones deben encarar con entereza los graves problemas que los afectan.

Ojalá la juventud pase por alto las cosas triviales que se ve en este país, y que son mal ejemplo al valor y al carácter triunfador.

Arturo V. Zambrano Carrasco
Guayaquil