Una serie de diez explosiones en tres estaciones ferroviarias españolas causó ayer al menos 192 muertos y 1.430 heridos, en el ataque más sangriento en la historia de este país y de la Unión Europea (UE).

Los atentados ocurrieron desde las 07h39 (01h39 de Ecuador), en forma casi simultánea, en trenes que se hallaban en diferentes estaciones de la capital española y sus alrededores, que estaban en ese momento repletas de obreros, empleados y estudiantes.

La explosión que causó la mayor cantidad de víctimas se produjo en la estación de Atocha, centro de Madrid, donde también ocurrieron otras dos detonaciones.

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Los otros tres estallidos de mayor intensidad sacudieron las terminales ferroviarias de El Pozo del Tío Raimundo, en el popular barrio de Vallecas; y la de Santa Eugenia, en las afueras de la capital.

Las cuatro explosiones restantes se sucedieron en otro tren que iba hacia la estación de Atocha.

En una presunta carta de Al Qaeda, un brazo armado de esa red terrorista se atribuyó los atentados. Sin embargo, el gobierno de España señaló que no descarta que el grupo separatista vasco ETA sea el responsable de estos actos de terror.

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“Hemos tenido éxito en infiltrar el corazón de la Europa cruzada y golpear una de las bases de la alianza de los cruzados”, dice el texto de la misiva que firmaron las denominadas Brigadas Abu Hafs al-Masri, y que llamaron a esta acción terrorista como Operación trenes de la muerte.

No se pudo confirmar de inmediato la autenticidad de la carta, que la recibió el periódico en lengua árabe Al Quds-al Arabi,  con sede en Londres.