Jeanette Llanga, una ecuatoriana, estaba cansada e impaciente el viernes cuando ella y su hermana Gisela llegaron a una morgue improvisada en los suburbios de Madrid, la última escala, que se prolongó 24 horas, en la búsqueda de un hermano y un primo luego de los letales atentados en la capital de España. 
 
Las hermanas se unieron a centenares de otras personas congregadas en un amplio centro de exposiciones cerca de una autopista, donde han sido depositadas las 198 víctimas fatales del peor atentado en la historia de España. 
 
Jeanette, de 28 años, y Gisela, de 26, que inmigraron a España desde Ecuador, recorrieron prácticamente todos los hospitales de Madrid donde más de 1.400 heridos fueron llevados luego de los ataques. 
 
Pero no pudieron hallar al hermano gemelo de Jeanette, Luis Gustavo, cuya esposa e hijos están en Ecuador, ni a su primo Angel, de 35 años. Ambos hombres se hallaban en un tren que se dirigía a la estación Atocha, uno de los dinamitados el jueves. 
 
Aprestándose a lo peor, aguardaron en el segundo piso del centro de exposiciones mientras funcionarios traían una lista de muertos del primer piso. 
 
"Llamamos a los hospitales y nos dijeron que no había ninguna persona con esos nombres", dijo Jeanette. "Mi deseo es que estuvieran heridos, no muertos". 
 
Hay cadáveres que no han sido aún identificados. "Necesito saber qué ocurrió. Estoy muy preocupada porque no sé nada", indicó Gisela. 
 
En cuanto a la búsqueda de Mercedes López Sosa por su primo de 31 años y su esposa de 28, que contrajeron nupcias hace 10 meses, ya ha concluido. La policía le informó que ambos habían muerto. El ama de casa madrileña aguardaba a que le confirmaran la presencia de los cadáveres en la morgue. 
 
"Los cadáveres deben hallarse en un estado terrible", dijo. "Es tan doloroso". 
 
Funcionarios de la morgue dijeron el viernes que faltan aún por identificar 60 cadáveres.