A las 11h00 de ayer, el embajador de España en Ecuador, Andrés Collado, pidió dos minutos de silencio por los muertos y heridos en los atentados de ayer, en Madrid.

En el acto estuvieron el canciller Patricio Zuquilanda; el ministro de Gobierno, Raúl Baca;  el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Hugo Quintana, y varios diputados.

Hasta esa hora, pocas personas se habían acercado a la Embajada de España para conocer los nombres de las víctimas de los atentados, pero no había una lista.

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Una de ellas, Cecilia Salazar, lloraba aún sin saber la suerte de su hijo Patricio Pozo, pues consideró que por su trabajo de obrero y por la hora en la que sale a trabajar, era posible que estuviera en algún tren.

Por el lugar de donde procedían los cuatro trenes (Alcalá de Henares y Guadalajara), Collado dijo que era poco probable que existieran ecuatorianos entre las víctimas. “Esas zonas son fundamentalmente europeas”, acotó.

El representante español agradeció las muestras de solidaridad, pero advirtió: “No se dejen confundir, los autores del hecho son los de ETA, ese ya no es un  grupo separatista, sino terrorista”.

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Zuquilanda indicó que cualquier noticia se daría  a conocer en un centro de información improvisado en la sala de prensa de la Cancillería.

Las primeras llamadas a esa dependencia empezaron a las 10h00; a partir del mediodía eran constantes, al igual que las visitas. Los nombres se buscaban en una nómina de nueve hojas que no especificaban las nacionalidades, advertencia que se hizo a los interesados.

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El régimen expresó su solidaridad al gobierno de José María Aznar, a través de la Embajada en Madrid, dijo Zuquilanda, quien añadió que el presidente Lucio Gutiérrez llamaría a Aznar para darle  sus condolencias.