Calles adoquinadas que se destruyen, un Registro Civil que no atiende, mala recolección de la basura, falta de guías domiciliarias de agua potable e inseguridad, son los problemas por los que atraviesa la parroquia rural Posorja de Guayaquil y que la junta parroquial y  el frente de representación social de los barrios de la parroquia han solicitado a las  autoridades en Guayaquil les solucione.

El sábado pasado, Miguel Lindao, por tercera ocasión, buscaba a la jefa del Registro Civil, Rosa Auria, para inscribir a su hijo de tres meses con el nombre de Mayuvi Crespín Chalén, pero ella no llegaba. Según Eduardo Rodríguez, dirigente local, ella no se presenta hace más de un mes y normalmente atiende dos veces a la semana, por lo que bodas, defunciones e inscripciones tienen que posponerse.

Carlos Julio Carvajal, presidente de la Asociación de Barrios, se quejó de la mala recolección de la basura, que  se acumula en las aceras y esquinas, mientras que el recolector solo entra a las fábricas pesqueras.

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Los ocho kilómetros de calles adoquinadas por el Municipio se están destruyendo y nadie les da mantenimiento.

Vías como Juan del Valle, Mapelo, Gutiérrez de Chaguay, Juan Colán y otras construidas hace diez años en el casco central, presentan hundimiento y los adoquines están sobresalidos. Cuando llueve, parte del malecón se inunda por las tuberías de drenaje que están obstruidas por el lodo y la basura.

A estas quejas se une el problema de la instalación de las guías domiciliarias de agua potable, que el pasado mes de febrero originó el cierre de la carretera por parte de los moradores, como medida de presión para que se los atienda.

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“Otra vez fuimos engañados, los representantes de Hidroplayas no asistieron a la reunión que acordamos en Guayaquil”, según Hipólito Crespín, uno de los dirigentes del paro, por lo que  no se descarta que vuelvan a realizar la misma medida.

INSEGURIDAD
CINCO POLICÍAS
Esta población de 18.000 habitantes solo cuenta con cinco policías y un patrullero para controlar la delincuencia. Galo Vargas Torres, presidente de la Junta Parroquial, indica que se necesitan unos diez gendarmes, tres patrulleros y la construcción de un Puesto de Auxilio Inmediato para dar seguridad.

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DIEZ DENUNCIAS
El teniente político Oki Ordóñez dice que se reciben unas diez denuncias diarias por diversos delitos, pero los moradores afirman que la mayoría de los problemas no se denuncia.