"Fue horrible", se han vivido escenas propias de "una guerra", dijo el ecuatoriano Aníbal Altamirano, uno de los centenares de inmigrantes residentes en Madrid que fue testigo hoy de las explosiones y que utiliza a diario este medio de transporte.
 
Era "caótico, con trozos desprendiéndose del techo, todo envuelto en humo, como en las películas", agregó Altamirano, mientras la colombiana Enma Luz Elena aseguró que "nunca había visto algo tan horrible. En Colombia hay mucha violencia, pero yo no he visto una cosa tan impresionante como esta".
 
El Gobierno español permaneció durante toda la mañana reunido en un gabinete de crisis para analizar las consecuencias de los atentados, mientras la mayoría de los partidos políticos anularon los actos del penúltimo día de campaña electoral de los comicios generales que se celebrarán el próximo domingo.
 
Las detonaciones tuvieron lugar poco antes de las 08.00 hora local (07.00 GMT), cuando miles de trabajadores y estudiantes se desplazaban desde las afueras a la capital española.
 
En la céntrica estación de Atocha confluyen numerosas líneas de trenes, que unen a poblaciones cercanas y ciudades de toda España con Madrid.

Los principales centros hospitalarios de la capital española atienden a cientos de víctimas, mientras los cadáveres son trasladados a un gran pabellón del principal recinto ferial de la capital española.
 
El Gobierno ha convocado a todos los ciudadanos a que se manifiesten mañana viernes en protesta por estos actos terroristas bajo el lema "Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo".
 
De forma espontánea, miles de personas salieron a mediodía de hoy a la calle en España para expresar en silencio su rechazo ante esta última acción de ETA.
 
El atentado de hoy en Madrid es el primero que comete la banda terrorista este año, después de que la Guardia Civil española localizara días atrás una furgoneta cargada con 500 kilos de explosivos en la localidad de Cañaveras, a 200 kilómetros al este de la capital española, y detuviera a dos etarras.
 
ETA había asesinado hasta hoy a más de ochocientas personas en sus treinta años de actividad armada.
 
La banda terrorista ha atentado en numerosas ocasiones contra estaciones de ferrocarril, entre ellas las madrileñas de Atocha y Chamartín, donde la explosión de dos bombas en 1979 causaron la muerte de seis personas.
 
La última acción de ETA contra instalaciones ferroviarias se produjo el pasado 24 de diciembre, cuando dos etarras introdujeron una bomba en un tren de la línea Irún-Madrid, pero el artefacto explosivo fue localizado por la Policía y desactivado en Burgos, a unos doscientos kilómetros de la capital de España.