La Comisión Federal de Libertad Condicional de EE.UU. negó al ex gobernante panameño Manuel Antonio Noriega, encarcelado en Miami, salir en libertad condicional, pese a que un juez respaldó la solicitud, se informó este jueves.
 
El juez William Hoeveler, quien condenó a Noriega por tráfico de drogas, dijo en una carta enviada a la Comisión que el ex hombre fuerte de Panamá es ahora bautista y que, según le dijo su abogado, no tiene intención de entrar en política, sólo quiere regresar para estar con su familia.
 
Estos argumentos fueron refutados por la fiscalía federal en una audiencia realizada en febrero pasado, y cuyos resultados se divulgaron este jueves.
 
Los fiscales arguyeron que liberar a Noriega podría desestabilizar Panamá, país que ha disfrutado de un gobierno estable desde 1989.
 
Hoeveler sentenció a Noriega en 1992 a 40 años de prisión por ocho cargos de narcotráfico, pero en 1999 le redujo la condena en diez años.
 
Sin embargo, Noriega podría ser puesto en libertad en 2007 por "tiempo ganado", por buen comportamiento y el cumplido antes de la condena, según lo establecido en el sistema judicial estadounidense.
 
El abogado de Noriega, Frank Rubino, anunció que apelará la decisión de la Comisión Federal de Libertad Condicional.
 
Esta es la tercera vez que le niegan la libertad al general panameño.
 
En el 2002, su abogado argumentó que debería ser liberado por los servicios prestados al gobierno de EE.UU. cuando estuvo al frente del poder en su país y fue fuente de información de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
 
No obstante, el funcionario de la Comisión Federal de Libertad Condicional se mostró en desacuerdo.
 
Mientras que en el 2000, las autoridades rechazaron concederle la libertad condicional, después de que la fiscalía leyera una comunicación del ex presidente de EE.UU. George Bush, padre del actual gobernante estadounidense, George W. Bush.
 
En su misiva Bush exhortaba a las autoridades carcelarias a rechazar la petición de libertad condicional porque "temía que el general tomara alguna represalia" contra él.
 
Bush, según lo que dijeron en ese momento los abogados de Noriega, temía una represalia por la invasión estadounidense de Panamá en 1989 y el arresto de Noriega en 1990, y porque creía que los agentes secretos no podrían ofrecerle la protección necesaria contra cualquier eventualidad.