El gobierno argentino escuchará las  pretensiones de 21 grupos de acreedores de la deuda en mora, pero no aceptará contrapropuestas y mantendrá su programa de reducción del 75%, reafirmó ayer el régimen, al anunciar el acuerdo que impidió entrar en moratoria  con el FMI y otros organismos.

“Déjenme comentarles que en las negociaciones con los acreedores no habrá  contrapropuestas”, manifestó Alberto Fernández, jefe de Gabinete, en rueda de  prensa.

A su lado, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, señaló que el Fondo  Monetario Internacional (FMI) ha destacado que el país cumplió “en exceso” las  metas fiscales y monetarias para la aprobación de la segunda revisión del  acuerdo stand by en vigor.

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El FMI y las naciones ricas nucleadas en el Grupo de los Siete vienen  presionando a Argentina para que mejore su oferta a los acreedores de la deuda  en mora por 81.000 millones de dólares.
 
Lavagna y Fernández no dieron, al respecto, detalles sobre el contenido del  entendimiento conseguido el martes para que Argentina cancele al  FMI una cuota de 3.100 millones de dólares a la hora de vencimiento. A cambio,  el Fondo ofreció aprobar el nuevo programa económico de la nación.