Sin embargo, ya es la tercera vez que “rebota” mi solicitud en las oficinas de La Garzota.
Aducen que sí hay líneas disponibles, pero que debo esperar a que vayan a tocar la puerta de mi casa para ofrecérmela.
En el mostrador de información de dicha entidad, siempre atiende al público una persona diferente y da una explicación igualmente absurda.
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Yo me he informado que el ofrecimiento de líneas telefónicas de puerta a puerta, para mi zona, ya terminó, no obstante, siguen habiendo líneas sin vender.
Úrsula Rhor
Guayaquil