Para resolver el problema delictivo en Ecuador, se debe:

Exigir al Ejército que trabaje conjuntamente con la Policía.

Pedir la colaboración de las universidades, la comunidad y de quien quiera que sienta que pueda ser útil para desarrollar un programa de trabajo sobre el tema.

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Cambiar el sistema legal y tornar las penas por delincuencia y corrupción mucho más severas; eso no solo evitaría tener a los delincuentes de vuelta en las calles, sino que le quitaría un peso de encima a nuestra Policía. ¡Vamos, autoridades, agarren el toro por los cuernos y trabajen con decisión para detener al hampa!

Harry Guadalupe
Guayaquil

La protección que brindan las autoridades contra la delincuencia es pésima.

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El alcalde de Guayaquil estima que, para el caso de esta ciudad, se debería seguir el criterio del ex comisionado de Policía de Nueva York, William J. Bratton, lo cual me parece magnífico.

Soy partidario de que se forme una Policía Municipal totalmente equipada y enmarcada en reglamentos autónomos bajo el control de la Alcaldía. Recordemos que cuando algo no funciona es mejor dar paso a las nuevas ideas, y qué mejor que la de los habitantes de Guayaquil que se hunden en el fango del hampa.

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Paralelo a eso, sería bueno motivar la inversión extranjera, atrayendo factorías de producción de ropa, etcétera, para que nuestra gente ponga la mano de obra. Con eso habría empleo y el alto nivel delincuencial desaparecería.

Ing. Martín Gastuldi
Guayaquil

Implementar el Plan Bratton con un departamento de Policía de Guayaquil, es gran idea.

Hay que descentralizar la Policía Nacional para que cada ciudad tenga la suya, propia, y para que los alcaldes sean sus comandantes en jefes y que cada uno de estos elija a un comisionado.

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Faltan construir precintos policiales en todos los sectores urbanos, especialmente donde aflora mayormente la delincuencia, y establecer un impuesto a los ciudadanos para mantener a nuestra propia policía preparada y bien pagada. Creo que el que debe decidirlo es el pueblo guayaquileño, no el Gobierno, porque este no es el afectado.

Fernando Suárez Guadamud
Nueva York, EE.UU.

No sé cómo se legisla en Ecuador, mi patria, que sufre por los azotes delictivos: crímenes, robos, secuestros, violaciones, y por determinadas leyes como esa de los “presos sin sentencia” que ayuda a los malhechores, defendidos por abogados inmorales y jueces, a recobrar la libertad.

Debe cambiarse la ley que favorece a los malandrines de la peor calaña quienes no quieren asumir las condenas que les imponen por sus perversidades, mientras muchas víctimas sufren, derraman lágrimas y mueren en manos de los antisociales.

Martín Torres Rodríguez
Guayaquil
 
Hago un llamado a la Policía Nacional para que nos ayude a los transeúntes que circulamos todos los días por las calles Machala y Quito, desde Padre Solano hasta la avenida Nueve de Octubre.

No hay un solo día ni hora en que una pueda esperar el bus en ese sector o transitar por ahí, sin que sea atacado por los pandilleros y ladrones que pululan, en su mayoría menores de edad comandados por personas adultas.

Ahora se han unido en grupos numerosos lo cual es difícil esquivarlos.

¡Ya es el colmo. Por favor, rogamos a la Policía que traslade patrullas a estas calles y dé seguridad!

Solanda Cedeño Chang
Guayaquil

¿Alguna vez se imaginó al Ecuador un país con excelentes oportunidades de negocios, con una economía estable y con bajos índices de desempleo y delincuencia?

No hay quién no haya soñado con eso, pero en la cruda realidad, Ecuador es un país corrupto (con medalla), con delincuencia a la orden del día, y un sistema económico en el que apenas se puede sobrevivir.

¿Tiene usted paciencia suficiente para dejar pasar los años y esperar que un buen presidente pueda cambiar rotundamente este país de nadie? Hasta que llegue ese día tal vez ni usted ni yo vivamos.

Gabriel Ramírez
Guayaquil